Un equipo internacional de astrónomos acaba de anunciar el hallazgo de siete exoplanetas en la zona de habitabilidad de la estrella Trappist – 1, que se encuentra a 40 años luz de nuestro sistema solar. El hallazgo fue descrito en la revista científica británica 'Nature' y dado a conocer al público en una rueda de prensa desde los cuarteles generales de la Nasa, en Washington.
Los siete exoplanetas –denominación que se les da a los planetas que orbitan a estrellas distintas a nuestro Sol– tienen masas menores o similares a la de la Tierra. Además, sus temperaturas son lo suficientemente bajas como para mantener agua en estado líquido sobre su superficie. De acuerdo con los científicos del Centro para el Espacio y la Habitabilidad en el Universo (Universidad de Berna, Suiza), quienes participaron en el estudio, se trata de “la mejor apuesta para buscar vida en otros lugares hasta la fecha”.
Según dijo en un comunicado Brice-Olivier Demory, uno de los líderes de la investigación, estos planetas podrán ser estudiados en detalle gracias a los telescopios actuales y a los que están en proceso de planeación y construcción, como el James Webb, que reemplazará al Hubble.
Un sistema en una estrella enana
El sistema Trappist-1 está conformado por una estrella enana ultrafría con un brillo cerca de mil veces menor al del Sol y tiene tanto el mayor número de planetas del tamaño de la Tierra como el mayor número de mundos que podrían contar con agua líquida en superficie. Los seis planetas más cercanos a la estrella, probablemente rocosos, pueden tener una temperatura en la superficie de entre 0 y 100 grados, el rango en el que puede haber agua líquida, y tres de ellos están en la llamada "zona habitable".
El nuevo sistema es relevante para los científicos por su cercanía a la Tierra en términos astronómicos y porque es el primero que cuenta con siete planetas de un tamaño similar al nuestro, así como por el reducido tamaño de su estrella, una particularidad que simplificará el estudio del clima y la atmósfera de esos mundos.
Los siete planetas son 80 veces mayores respecto a Trappist-1 que la Tierra respecto al Sol, por lo que bloquean una gran cantidad de luz cuanto transitan por delante de la estrella. Eso facilita a los investigadores la tarea de identificar sus componentes químicos por medio de técnicas de fotometría.
"Hemos buscado una estrella muy pequeña, al contrario que otros grupos de astrónomos. Eso hace que los planetas aparezcan magnificados", explicó Amaury Triaud, investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Tras una primera fase de "reconocimiento", los científicos planean ahora iniciar "observaciones detalladas para estudiar el clima y la composición química de los cuerpos, con el objetivo de determinar si hay vida en ellos". "En unos años sabremos mucho más sobre estos planetas y esperamos saber si hay vida en el plazo de una década", afirmó Triaud.
En el 2010, el grupo de investigadores liderado por Gillon, comenzó a escudriñar la vecindad del Sistema Solar con el telescopio robótico TRAPPIST (Telescopio Pequeño para Planetas en Tránsito y Planetesimales), ubicado en Chile. El prometedor descubrimiento inicial de Trappist-1 permitió a los investigadores enfocar el telescopio espacial Spitzer de la NASA hacia ese punto durante 20 días sin interrupción.
TRAPPIST, el telescopio en tierra chilena!
A partir de esas observaciones y las de otros telescopios terrestres –entre ellos el William Herschel, ubicado en la isla canaria de La Palma (España)– recogidas durante años, se han recopilado evidencias de 34 tránsitos de cuerpos frente a la estrella, que atribuyen a las órbitas de siete planetas.
El sistema estelar, en el que los seis cuerpos interiores tienen periodos orbitales de entre 1,5 y 13 días, recuerda a los astrónomos al que forman Júpiter y sus lunas, tanto por sus proporciones relativas como por las órbitas compactas y cercanas.
El sistema estelar, en el que los seis cuerpos interiores tienen periodos orbitales de entre 1,5 y 13 días, recuerda a los astrónomos al que forman Júpiter y sus lunas, tanto por sus proporciones relativas como por las órbitas compactas y cercanas.
En los últimos años, los científicos han acumulado pruebas de que los planetas del tamaño de la Tierra son corrientes en la galaxia, pero el trabajo de Gillon y sus colegas indica que son aún más abundantes de lo que se pensaba. Se calcula que, por cada planeta que se detecta cuando transita frente a su estrella, hay una multitud de otros cuerpos similares (entre 20 y 100 veces más) que permanecen inobservables porque desde la perspectiva terrestre no cruzan por delante del astro.
¿Creen que haya vida en esos planetas? |
Nos vemos en la próxima publicación!!!! |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario